Oscuros valles y tenebrosos pantanos,sombríos bosques,cuyas formas no podemos adivinar,al impedirlo las lágrimas que caen por todas partes.
Enormes lunas que surgen y desaparecenuna vez, y otra, y otra,a cada momento en la noche-siempre cambiamdo de lugar-oscureciendo los rayos del lucerocon el aliento de sus pálidos rostros.
Alrededor de las doce por el reloj lunaruna más nebulosa que las demás(en un juicio,decidieron que era la mejor)desciende -abajo, más abajo-con su centro sobre la coronade la cumbre de una montaña,
mientras que su amplia circunferenciade flotantes vestiduras caesobre aldeas, sobre pórticos,dondequiera que estén-sobre los lejanos bosques,
sobre el mar-sobre los espíritus alados,
sobre las cosas adormecidas,
y las envuelve completamenteen un laberinto de luz,
y entonces,
¡qué profunda! ¡oh, profunda!
es la pasión de su sueño.
Edgar Allan Poe
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